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martes, 24 de abril de 2012

Presupuestos Generales del Estado y otras: España en dirección contraria

Mariano Rajoy se presentó a las elecciones con la promesa de generar confianza. La confianza era la clave para salir de la crisis económica, confianza para que los inversores invirtieran, confianza para que los bancos prestaran dinero, para que fluyera el crédito, confianza para que los consumidores compraran y confianza para que los emprendedores iniciaran sus ideas de negocio.

No voy a entrar yo en la demagogia de decir que parece ser que el cambio de gobierno no ha generado la confianza prometida. El Partido Popular y Rajoy actuaron de forma demagógica cuando prometían que solo con cambiar el gobierno se generaba confianza y que esa confianza traía el crecimiento y el empleo. Tan es así, que cuando los indicadores económicos comenzaron a mejorar, después de un agosto negro, se aprestaron a decir que era como consecuencia de que los mercados valoraban positivamente la perspectiva de un mas que probable cambio de gobierno.

Como digo, yo no voy a entrar en esos análisis demagógicos. Lo que hay que analizar son las medidas que se toman y que consecuencias y reacciones provocan en los diferentes agentes económicos. Pasados mas de cien días del Gobierno de Rajoy en los que se han tomado medidas de mucho calado y se ha presentado, por fin, su primer proyecto de presupuestos generales del Estado, podemos ver que ni los consumidores, ni los emprendedores, ni los mercados reaccionan favorablemente.

Todo tiene su explicación.

Se dice que es necesaria la austeridad para que los mercados vean que hay garantías de que nuestro país va a devolver su deuda. Alguna lógica hay en esto. Pero supongo, visto desde este rincón de Lanjarón, que los mercados también quieren saber de donde vas a sacar el dinero, ingresos, para hacer frente a los pagos. Este esquema es sencillo, si pedimos dinero a un banco, este querrá tener garantías de que no somos unos derrochadores que tiramos el dinero, querrá saber que somos personas serias y responsables que vamos a hacer un buen uso, tanto del dinero que nos presta, como de nuestros ingresos ordinarios con los que vamos a pagar las letras de la devolución del crédito, y es aquí donde está la clave de la cuestión, lo primero que este hipotético banco solicitará conocer son nuestras fuentes de ingresos.

Traducido a un país, hay que ser austeros, no hay que gastar en aquello que es innecesario, pero hay que generar crecimiento económico, las administraciones públicas han de invertir en aquellos sectores que nos permitan crecer y por tanto generar ingresos vía impositiva al Estado.

Las medidas que ha tomado este gobierno en el tiempo que lleva se han centrado demasiado en demostrar que vamos a gastar menos y en ello no han tenido empacho en cargarse lo que pueden ser nuestras fuentes de crecimiento futuro.

Somos un país puntero en energías renovables, lejos de afrontar una verdadera y profunda reforma del sector energético español, nuestro gobierno se ha plegado a las exigencias del lobby de las eléctricas y ha derogado las ayudas a las renovables. Con esta medida, perdemos competitividad al aumentar nuestra dependencia energética, perdemos competitividad porque el precio del petróleo tiende a subir al ser su oferta decreciente y su demanda creciente, perdemos puestos de trabajo en renovables y capacidad de exportar tecnología de la que somos líderes.

El consumo de las familias es muy bajo, ello se debe fundamentalmente a que hay una alta tasa de paro y a que quienes aun tienen la suerte de contar con un trabajo están sobreendedudados, temerosos y con menos poder adquisitivo. Sobreendeudados, porque son muchos los españoles que tienen hipotecas a muy largo plazo sobre inmuebles sobrevalorados fruto de la burbuja inmobiliaria. Temerosos, por una reforma laboral que hace que nadie tenga seguridad en el empleo, ni tan siquiera los empleados públicos. La reforma laboral difícilmente genera confianza en el consumidor, consumidor y trabajador son la misma persona. Y con menos poder adquisitivo, como consecuencia de la subida del IRPF y de la factura eléctrica, entre otras.

Son muchas las voces autorizadas que señalan la falta de competitividad de nuestra economía. Parece claro que Rajoy apuesta por ganarla bajándonos los salarios y privando a los trabajadores de derechos laborales, haciéndonos, en definitiva, más baratos. Este razonamiento tiene varias agujeros que lo hacen demasiado frágil: En primer lugar, nunca vamos a poder ser más baratos que muchos países cuyo nivel de desarrollo y por tanto de exigencia social es mucho menor que el nuestro. Nuestros trabajadores, por mucho que bajen sus sueldos, por mucho que se precaricen sus derechos laborales, nunca serán tan baratos como los de los países emergentes. Segundo, aunque nuestra mano de obra fuera tan barata como la de China o India, este gobierno no nos define en que sectores, con que productos, queremos competir en el mercado de bienes y servicios internacional. Y aquí, otro de los recortes que nos ahoga el futuro y que hace que nuestra prima de riesgo siga subiendo y la tan anunciada confianza no llegue. Un recorte del 34% en el gasto en I+D es, sencillamente, ahogar el futuro de España. Nuestra competitividad ha de venir de hacer cosas nuevas, que cubran las necesidades de las sociedades modernas, que sean productos de calidad y que en su producción empleemos tecnología que abarate el proceso productivo.

Hay otros recortes que son igualmente preocupantes, 166 millones menos para becas, con lo que ello supone, no solo de injusticia, al no poder estudiar toda aquella persona que quiera hacerlo y que su familia cuente con menos recursos económicos, sino de pérdida de potencial futuro para el país. Entre las familias mas humildes también nacen niños con talento, con capacidad de hacer cosas que aporten valor añadido al país, no darles la posibilidad de desarrollar sus potencialidades es desperdiciar las de buena parte de nuestro futuro.

Nuestro nivel de desempleo hace tiempo que pasa del 20%, buena parte de estas personas provienen del sector de la construcción, un sector, que según todos los indicadores, no va a despegar en un largo período de tiempo, por lo que esos trabajadores han de cambiar de actividad para poder encontrar empleo. Un problema al que se enfrentan estas personas es, como decía antes, que el gobierno no está definiendo un rumbo claro con respecto a los sectores económicos en los que nos vamos a especializar en adelante, otro problema es que, con los Presupuestos Generales del Estado que se pretenden aprobar, van a contar con un 34% menos de fondos para Formación para el Empleo.

En las últimas semanas se está poniendo mucho el acento en los inmensos recortes llevados a cabo en los servicios sociales básicos, en el retroceso que significan para nuestro Estado del Bienestar, en la pérdida de solidaridad que suponen para nuestro país, en lo injusto de los mismos, en las desigualdades que van a generar. Desgraciadamente, a todo lo anterior se le suma su ineficiencia económica. Las medidas tomadas por Mariano Rajoy producen enorme desconfianza en los consumidores y trabajadores de nuestro país y enorme desconfianza en los mercados internacionales que aprecian que no vamos a gastar ni en lo necesario para volver a crecer. Tiempo al tiempo.

El domingo pasado se celebró el día de la Tierra, en homenaje a nuestro planeta os dejo con el siguiente vídeo, disfrutadlo es inmenso, recomendable ver a pantalla completa.

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