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jueves, 5 de julio de 2012

En defensa de las políticas activas de empleo.

Cuando D. Mariano Rajoy Brei nos leyó su discurso de investidura, me permití la osadía de escribirle un texto, digamos más o menos alternativo. Le escuchaba repetir una y otra vez, de manera sumamente machacona, la cantinela de las reformas estructurales sin concretarlas absolutamente en nada, que me provocó a escribir lo que bajo el punto de vista de otras muchas personas, alejadas de los postulados ideológicos de nuestro futbolero presidente, necesitaba este país para enfrentarse a la crisis económica que nos azota.

Las otras reformas estructurales

Es evidente que nunca tuve ni la más mínima esperanza de que el señor Presidente, ocupado como está en “sus líos europeos”, perdiera ni un segundo de su tiempo en leerme a mí. Más o menos, lo que iba a pasar era bastante previsible. Las reformas del Gobierno del PP consistirían en el desmantelamiento del Estado del Bienestar, que no es, aunque su nombre parezca indicarlo, quitarnos unos lujillos que nos daban los gobiernos en forma de dádiva o regalo para así conseguir nuestro favor en las urnas. El conocido generalmente como estado de bienestar, realmente llamado Estado Social, es un pacto de convivencia que, basado en la solidaridad de los integrantes de una sociedad, permite que todos los ciudadanos tengan unos derechos materiales mínimos y gracias a estos haya un mínimo de igualdad de oportunidades para toda la población. Protección de la salud mediante un sistema nacional universal y sufragado con impuestos progresivos de todos los ciudadanos de tal manera que usa de él quien más lo necesita, independientemente de su nivel de renta, y lo financia más quien más recursos tiene. Derecho a la educación pública y gratuita de todos los niños y jóvenes con unos stándares de calidad que les permitan, a todos, unos niveles adecuados de integración social y laboral, así como el poder llegar a ser en la vida aquello para lo que estén capacitados y quieran. Protección de la vejez a través de un adecuado sistema de previsión social que evite que al llegar a una determinada edad las personas caigan en la indigencia. Protección de los trabajadores a través de un legislación laboral que equilibre su capacidad negociadora frente a la situación de superioridad de la empresa, legislación laboral que ha de prestar especial atención a la seguridad y a la salud del trabajador, asimismo, es imprescindible que el trabajador cuente con un seguro de desempleo que lo proteja, no solo de esta contingencia, sino de la vulnerabilidad frente al abuso de la que es susceptible cuando está en situación de extrema necesidad. Estos son los elementos básicos del Estado Social, y todos y cada uno de estos elementos han sido tocados, "recortados", ya por el Gobierno Rajoy que, con la excusa de la crisis, los desmantela, generando así un sistema social basado en la dualidad entre los que tienen dinero y los que no tienen.

Cada uno de estos aspectos requiere de un análisis por separado, hoy quiero centrarme en unos recortes a los que quizá no se le está prestando mucha atención por haber coincidido con otras tan dolorosos como, por ejemplo, el repago sanitario. Hoy quiero centrarme un poco en los recortes en políticas activas de empleo.

Las políticas activas de empleo se constituyen con todas esas medidas encaminadas a que los desempleados cuenten con herramientas eficaces para su inserción en el mercado de trabajo.  Nos encontramos aquí, por tanto, con la orientación laboral, instrumento totalmente necesario para que los desempleados conozcan el mercado de trabajo, cuales son los profesionales que se están necesitando en cada momento, cuales de sus actitudes y aptitudes son válidas para ese mercado de trabajo, que parte de su formación y experiencia es adecuada para insertarse, donde están sus fortalezas y déficits, que formación necesitan para adaptarse a las exgencias actuales, donde hay huecos y a que puertas pueden tocar. Los orientadores laborales tratan a cada desempleado individualmente, le preparan un itinerario personalizado de inserción, un recorrido hecho a medida para la búsqueda de empleo y están a su lado tutorizándolo en todo el recorrido.

También ocupan un lugar destacado en las políticas activas los programas de formación para el empleo y los Talleres de Empleo, Escuelas Taller y Casas de Oficios. En un momento donde contamos con cinco millones de parados, muchos de ellos provenientes del mundo de la construcción, de un sector que aunque recupere algo de fuerza, nunca volverá a generar tanto empleo como generó en el pasado, se hace totalmente imprescindible tener programas de formación y recualificación profesional, programas que hagan que nuestros desempleados no solo no se descuelguen del mercado laboral, sino, que vayan más allá, que se preparen para los nuevos sectores emergentes, para los yacimientos de empleo del futuro. Ahora que tanto se habla de caminar hacia un nuevo modelo económico, no podemos pensar que ese modelo se construye sin las personas que han de trabajar en él.

Las políticas activas de empleo ponen a disposición de aquellos desempleados que decidan autoemplearse, montar su propia empresa, apoyo financiero y técnico para hacer realidad su idea.  La políticas de fomento del autoempleo son fundamentales, necesitamos emprendedores y, cuando estos surgen, no podemos dejarlos solos a su suerte.

Pero el desarrollo económico, la generación de empleo, se ha de hacer de manera equilibrada en el territorio, en todos los lugares, en todos los pueblos hay personas desempleadas, hay personas que necesitan formación para el empleo, hay personas que tienen alguna idea de negocio y hay, aunque muchas veces nos resulte dificil verlo, potencialidades que desarrollar. Para conseguir esto se ponen en marcha las políticas de desarrollo local, y para que estas sean una realidad en los territorios, existe la figura del Agente Local de Promoción de Empleo. Personas altamente cualificadas encargadas de descubrir las potencialidades de un territorio, de conseguir la financiación necesaria para la construcción de las infraestructuras imprescindibles para desplegar esas potencialidades, profesionales que acompañan y asesoran a las corporaciones locales en la búsqueda de financiación y en la implementación de sus proyectos de desarrollo, profesionales que tutorizan al emprendedor en su idea de negocio, que apoyan el desempleado y que acercan todas las posibilidades de las políticas activas de empleo a todos los ciudadanos de todos los municipios por pequeños que estos sean.

Pues bien, a todas estas políticas a todas luces tan necesarias en estos tiempos de crisis y paro que estamos viviendo, también les ha llegado la guillotina del trío Rajoy, Montoro, De Guindos. A estas políticas, que financia el gobierno Central pero que han de implementar las Comunidades Autónomas, el primero les ha quitado el 57 % de los recursos con lo que las segundas han quedado atadas de pies y manos para su realización.

Este recorte ha supuesto para Andalucía la nada despreciable cantidad de cuatrocientos millones de euros. Pero es que, además, el Gobierno Central, en lugar de repartir estos fondos como venía haciendo el gobierno anterior, como parece lógico que se haga, en función del número de desempleados que tiene cada comunidad autónoma, lo ha repartido a su libre albedrío con lo que le ha recortado a Andalucía otros 35 millones de euros más.

Realmente ¿cree el Gobierno de España que gastando un 57% menos en estas políticas puede hablar con credibilidad de que su prioridad es el empleo?

El Consejero de la Junta de Andalucía de Economía, Innovación y Empleo ha solicitado una reunión con la Ministra Fátima Báñez para hacerle ver el error y la injusticia que se comete con nuestra tierra. Esperemos que sea capaz de hacérselo ver.

Un abrazo.


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