A nadie se le puede escapar la trascendencia de este año electoral en el
que vivimos. En escasos ocho meses vamos a decidir los gobiernos de todas las
instituciones, excepción hecha del Parlamento Europeo.
Siempre es trascendental elegir un gobierno y siempre se elige con la
intención de que dure cuatro años, pero, en esta ocasión, al elegir a todos los
gobiernos casi a la vez, la responsabilidad de todos los ciudadanos es
mayor ya que no habrá ocasión de remediar el error eligiendo, en otro nivel,
dentro de un año, a un gobierno de signo distinto y que pudiera hacer de
contrapeso a los demás.
En estas circunstancias, la garantía de nuestros derechos fundamentales es
más vital que nunca. Estos derechos son los que hacen posible que podamos ser
una democracia. No existe democracia si no hay ciudadanos con capacidad de
ejercer sus derechos y estos son anteriores a la propia democracia pues son propios del ser humano por el mero hecho de serlo.
En Lanjarón hemos sufrido en enorme retroceso democrático en los últimos
cuatro años.
Hemos sido testigos, en vivo y en directo, de como nuestro Alcalde
expulsaba a las cámaras de TeleLanjarón del Pleno, rompiendo, no solo una
promesa electoral que llevaba escrita en su programa, sino una sana costumbre
democrática inaugurada en la legislatura anterior, la posibilidad de que los
vecinos conocieran nuestra opinión de primera mano, en la tranquilidad del salón
de su casa, teniendo así la posibilidad de hacerse y formarse sus propias
opiniones desde un conocimiento veraz de lo que defienden los distintos grupos
políticos. Pero además, con la expulsión de las cámaras de TeleLanjarón,
nuestro Alcalde vulneró otro derecho esencial en cualquier democracia, la
libertad de prensa, la libertad que ha de tener cualquier medio de comunicación
para acceder a los debates públicos e informar de ellos a los vecinos que,
libremente, decidan usarlos para informarse.
A la vez que vetaba y acosaba a TeleLanjarón, el Alcalde ha ejercido un
control férreo sobre los medios de comunicación públicos, los que pagamos todos
con nuestros impuestos y que según la Constitución, nuestro Estatuto de
Autonomía y las leyes, han de servir al interés público, informando con rigor,
objetividad y atendiendo al pluralismo político de la sociedad. En toda la
legislatura, a los miembros de la oposición no se nos ha permitido ni una sola intervención en la radio o en el periódico municipal. Nada,
como si no existiéramos, como si detrás de nosotros no estuviera el voto de
casi el 50% de los vecinos de Lanjarón.
Durante esta legislatura, las asociaciones que se han atrevido a manifestar
alguna idea, por inocente que esta fuera, diferente a las que defiende nuestro
Alcalde, ha sido acosada y perseguida. En las últimas fechas hemos podido
asistir al intento de desalojar a la Asociación de Mujeres de la sede que tiene
cedida desde la anterior legislatura. Hemos conocido como el señor Alcalde
llama a Diputación para que le nieguen a la Asociación Cultural cualquier
subvención que esta solicite para alguno de sus muchos proyectos. Más antiguo
es el enfrentamiento con la Asociación de Trabajadores a la que peloteaba hasta el empacho durante
la anterior campaña electoral y de la que se olvidó nada mas tocar el poder;
hasta tal punto, que el ser miembro de la misma se ha vuelto motivo de veto
para el empleo en el Ayuntamiento.
Miembros de la Asociación de Trabajadores junto a Concejales del PSOE durante una protesta contra la política de empleo del PP |
Con respecto a las relaciones con la oposición, ¿Qué os cuento que no
sepáis? No podemos ver documentos, no podemos ver facturas, se nos convoca a
los Plenos tarde para que no podamos estudiar los asuntos, en horario de
trabajo para dificultarnos la asistencia y nos dan los expedientes del Pleno incompletos,
mutilados.
Somos los primeros Concejales de la historia de Lanjarón a los que no se
les da una mínima asignación para poder pagar los gastos que nuestro cargo nos
ocasiona, folios, teléfono, desplazamientos, etc. Somos Concejales coste cero y el
Alcalde nos niega cualquier tipo de ayuda material o económica para poder
realizar nuestra labor al servicio de los ciudadanos. Una labor constitucional,
el derecho a la representación política, el derecho de los ciudadanos a la
participación política a través de sus
representantes legítimos elegidos a través de las urnas.
A esto se une la persecución en los tribunales que hemos sufrido,
especialmente yo. Persecución en base a denuncias que se han demostrado, todas y cada una, falsas y cuyo único fin era la eliminación del
adversario, como dijo el propio juez en su sentencia.
La Asociación Cultural Poeta Juan Gutiérrez Padial en la presentación del Libro "Muerte, Dolor, Silencio. Lanjarón 1931-1945 |
El voto es el mayor poder que tenemos los ciudadanos. Con nuestro voto hemos cambiado muchas cosas. Pero, para que un voto sea eficaz, para que un voto realmente sea palanca de cambio, ha de ser libre, personal, individual, secreto y directo. La voluntad de votar se ha de formar teniendo información veraz, pudiendo comparar una pluralidad de opiniones, pudiendo elegir entre diferentes fuerzas políticas que pueden, porque tienen los medios para ello, explicarnos sus propuestas en igualdad de condiciones. Para que un voto sea libre, quien lo ejerce no ha de tener miedo a represalias y el sentido del voto, en modo alguno, puede significar ser ciudadano de primera o de segunda porque, una vez celebradas las elecciones, el gobierno resultante ha de gobernar para todos y todos los ciudadanos tienen reconocidos los mismos derechos ante él.
Desgraciadamente en Lanjarón tenemos un gobierno que no respeta la libertad de prensa ni la libertad de asociación ni la pluralidad política, que intenta eliminar al adversario y que, por no respetar, no respeta ni lo mas importante de la democracia, el voto de los ciudadanos. Un gobierno que no resspeta estos derechos fundamentales tiene un nombre, ponédselo vosotros. Por eso, para mí, en las próximas elecciones municipales nos jugamos mucho mas que nuestros servicios públicos, que son muy importantes, mucho mas que nuestras posibilidades económicas, que tanta falta nos hacen; nos jugamos la normalidad democrática que es vital para poder tener todo lo demás y que, sobre todo, nos da dignidad como ciudadanos, nos da dignidad como personas.
Buenas noches.
Buenas noches.
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