El 11 de Julio de 2010, la
selección Española se proclamaba, por primera y, hasta ahora, única vez en la
historia, campeona del mundo de fútbol.
Consiguió ese enorme éxito de la
mano de un seleccionador humilde y trabajador, un entrenador que dejaba todo el
protagonismo y daba todo el mérito a los futbolistas. Un hombre de conducta
recta, un hombre sereno y caval, que huye del personalismo, el exhibicionismo y
la egolatría, Vicente del Bosque.
Aquella final, pese al buen juego
de España, pese a la brillantez y genialidad de nuestros jugadores no fue
fácil; el rival, Holanda, se extralimitó en sus formas, fue mas allá del juego
bronco, jugó con verdadera violencia en muchos momentos del partido, se olvidó
del balón y se centró, con exceso, en dañar las piernas de los jugadores españoles.
Es fácil imaginar el orgullo,
incluso la rabia, que cada uno de nosotros podíamos haber sentido en ese
momento de haber estado en el pellejo de D. Vicente. Sin embargo, él no perdió
su habitual talante, no perdió la calma y nos dejó dos frases que marcan muy
bien su forma de entender el éxito:
“Esta final ha premiado el buen
fútbol” y “El éxito sin honor es el mayor de los fracasos”. ¡Casi nada!
Vicente del Bosque ganaría dos
años después una nueva Eurocopa con nuestra selección, pero fracasó estrepitosamente
en el siguiente mundial, en el que se celebró en Brasil, y lo hizo,
precisamente, sufriendo una goleada de Holanda, siendo derrotado por aquellos jugadores que tantas patadas y
zancadillas nos dieron en la final en la
que conseguimos ser campeones.
El 18 de abril de 2005, Lance
Armstrong, que había sido ganador de los últimos seis Tour de Francia, anunciaba,
en rueda de prensa, que se retiraría del ciclismo profesional en el mes de
julio de ese año tras finalizar su participación en el Tour.
Lance Armstrong ganó también el
Tour de 2005 y se retiró en lo más alto. Era el primer ciclista en la historia que
había conseguido ganarlo siete veces, además, el haberlos conseguido de forma
consecutiva le daba una mayor dosis de mérito a esa gesta.
Lance Armstrong se retiraba desde
lo mas alto del pódium de unos Campos Eliseos abarrotados de gente, en
lo más alto y habiendo sido totalmente invencible en los últimos siete años. Había
sido implacable con sus rivales, soberbio, incluso egoísta. Con los miembros de su
equipo fue autoritario y, algunos cuentan que hasta déspota, aunque, también hay otros
que le siguen teniendo una admiración propia de un ser sobre natural.
Aunque en el año 2008, Lance Armstrong tuvo
un intento fallido de volver a la competición profesional, su huella, hasta el
año 2012, fue su dominio absoluto en el Tour de Francia desde el año 1999 al
año 2005. Sus aplastantes e incontestables siete victorias. Esa era su leyenda.
Sin embargo, el 23 de agosto de 2012, la Unión Ciclista Internacional le retiró
todos sus títulos, los siete Tour se quedaban sin ganador, son Tour vacíos, son Tour en blanco. Lance Armstrong había confesado, eran ya demasiados los
indicios que así lo apuntaban, que había ganado sus siete Tour dopado, que
había hecho trampas. La reacción de la UCI pues, no podía ser otra. Lance
Armstrong dejaba de existir para el ciclismo desde el año 1999 al año 2005.
Vicente del Bosque sigue siendo
seleccionador nacional español; desde el descalabro del mundial de Brasil anda
buscando una nueva identidad para su equipo, una nueva identidad que lo ponga en
condiciones de poder aspirar a ganar otro mundial. Yo lo veo difícil. Mas bien,
creo que D. Vicente se retirará después de la próxima Eurocopa con un solo
mundial en su haber, que es mucho; ganar un mundial es mucho y con España,
mucho más.
Lance Armstrong hoy no es nadie
en el ciclismo, un tramposo que nos hizo creer que estaba entre los mas grandes
de la historia pero cuyo nombre ha sido borrado de los libros que cuentan las grandes gestas de este épico
deporte.
Así es la vida, el tiempo nos va
poniendo a cada uno en el lugar que nos corresponde.
La verdad, no sé, a santo de qué
me he puesto yo a escribir de deporte esta tarde si este es un blog donde se
habla de política y, mas concretamente, de política de Lanjarón, pero es que,
últimamente, cada vez que pienso en la política de Lanjarón, me acuerdo de
Vicente del Bosque y de Lance Armstrong. ¿Qué le vamos a hacer? Las cosas de
uno.
Un abrazo.
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