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viernes, 6 de noviembre de 2015

Tiempo de Tramposos. De Sepang a Lanjarón pasando por Cheste

Marc Márquez y Rossi en un lance de la carrera. / AFP
Este fin de semana concluirá el mundial de motociclismo en Cheste, Valencia. Este año, a la emoción de llegar a la última carrera sin tener el título de Moto GP aun decidido, se une la polémica por la actuación de Valentino Rossi en la anterior carrera celebrada en Sepang. La patada de Rossi a Marc Márquez ha hecho derramar ríos de tinta en todos los medios de comunicación y en las redes sociales. La conducta de este piloto no es solo antideportiva sino que es, por encima de todo, un ataque a la integridad física del piloto español.

Sin embargo, no voy a entrar en el peligro que supone para la vida de un piloto el que otro lo derribe de la moto en plena carrera; me centraré en las consecuencias que creo que tiene para la competición tanto la actuación de Valentino Rossi como la respuesta que se le ha dado desde la dirección del campeonato.

Lo primero que me ha sorprendido de este caso es la multitud de aficionados e incluso periodistas que se han lanzado, en tromba, a defender la actuación del piloto italiano. Esto evidencia el déficit moral en el que vive buena parte de nuestra sociedad.

Defienden muchos aficionados que Márquez se buscó la patada pues “no dejaba en paz a Rossi en una carrera en la que él ya no tenía opciones de ganar el mundial”, dicen que Márquez era demasiado competitivo y que con su actitud estaba beneficiando a Lorenzo, rival de Rossi en la lucha por la consecución del mundial. Ante estos argumentos, no puedo evitar preguntarme, ¿Tiene Márquez que dejar de competir una vez que ya no tiene posibilidades de ser campeón del mundo? ¿Tiene o no tiene Márquez derecho a querer ganar una carrera aunque con ello no llegue a ser ya campeón mundial? En caso de no poder ganar la carrera, ¿Tiene Márquez derecho a querer hacer podium y a lucha por él? Si Márquez no compite al cien por cien, ¿no estaría con ello beneficiando a Rossi y provocaría, por tanto, un motivo más que justificado de queja por parte de Lorenzo?

Marc Márquez es corredor de motos y, cuando sale a una carrera, debe salir a ganar y, si no puede ganar, debe intentar quedar lo mas alto posible. Si aceptara, que no lo acepto, que Márquez no tiene derecho a hacer su carrera; si aceptara, que no lo acepto que Márquez no puede ya luchar en el circuito por quedar delante de Rossi en una carrera; no me parece que la respuesta adecuada, por parte de este, sea utilizar la violencia y la trampa. Si Márquez le estaba molestando tanto, el piloto de Yamaha debería haber acelerado a tope, haber demostrado que es más veloz y habilidoso y haber dejado atrás al piloto de Honda. Lo mas deportivo, lo mas legal, lo mejor para la competición hubiera sido eso y si no era mas rápido, debería haber asumido la situación con deportividad y haberse quedado en el lugar que deportivamente le hubiera correspondido ocupar. 


Buena culpa de que este caso haya tomado la deriva que ha tomado la tienen los responsables de la organización del mundial por el castigo tan insignificante con el que han castigado a Valentino.

Sin ánimo de dar ideas. Si tirar de una patada a otro corredor de su moto solo es castigado así, lo que podría hacer Lorenzo en Cheste este domingo sería tirar de la moto a Rossi en la primera vuelta, asegurarse el campeonato del mundo 2015 y, el año que viene, en la primera carrera, salir desde la última posición y punto. Claro que esto tendría unas consecuencias muy graves para la competición. Si, de aquí en adelante, va a ganar las carreras de motos quien tenga menos escrúpulos para hacer este tipo de trampas, las carreras de motos serán cualquier otra cosa pero, desde luego, ya no serán carreras; entendiendo éstas como una competición donde gana el mas rápido y no el que mas rivales tira al suelo. O sea que, al no castigar duramente al que adultera la competición recurriendo a trampas, se está matando la propia esencia de este deporte.

Algo parecido nos está pasando con el fraude electoral. Después de ocho años y de sortear muchísimos obstáculos, se demuestra un fraude electoral en Lanjarón. De los cuatro implicados/as, tres quedan fuera porque, según el TSJA, quien lleva solicitudes de empadronamiento fraudulentas al Ayuntamiento, con la intención de inflar el censo electoral con personas afines a su Partido y así ganar las elecciones, no hace nada malo ya que esas solicitudes no surten efecto hasta esos empadronamientos son autorizados por el Alcalde. Una vez autorizados por el Alcalde, solo éste es responsable y, por tal responsabilidad, solo tiene que pagar veinte días de cárcel que se puede sustituir por 1.800 euros de multa.

Con castigos así, no podemos esperar que se erradique la tentación de hacer fraude en las elecciones. Mientras que los jueces no tomen conciencia de que hacer trampas en unas elecciones tiene la misma gravedad que dar un golpe de estado; mientras que nuestro poder judicial no sea consciente de que unas elecciones las ha de ganar aquel que consiga el apoyo libre y voluntario de los ciudadanos, mientras que desde el poder judicial no se defienda con contundencia que unas elecciones son un proceso donde los ciudadanos deciden, de forma totalmente libre, quien los gobierna y castiguen duramente a quien haga trampas en ellas, las elecciones serán cualquier cosa menos democráticas.

Los directores de carrera tienen una enorme responsabilidad, esperemos que, en ocasiones venideras, sean más conscientes de ella.


Buen fin de semana. 


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