Mariano Rajoy se presentó a las
elecciones con la promesa de generar confianza. La confianza era la clave para
salir de la crisis económica, confianza para que los inversores invirtieran,
confianza para que los bancos prestaran dinero, para que fluyera el crédito,
confianza para que los consumidores compraran y confianza para que los
emprendedores iniciaran sus ideas de negocio.
No voy a entrar yo en la
demagogia de decir que parece ser que el cambio de gobierno no ha generado la
confianza prometida. El Partido Popular y Rajoy actuaron de forma demagógica
cuando prometían que solo con cambiar el gobierno se generaba confianza y que
esa confianza traía el crecimiento y el empleo. Tan es así, que cuando los
indicadores económicos comenzaron a mejorar, después de un agosto negro, se
aprestaron a decir que era como consecuencia de que los mercados valoraban
positivamente la perspectiva de un mas que probable cambio de gobierno.
Como digo, yo no voy a entrar en
esos análisis demagógicos. Lo que hay que analizar son las medidas que se toman
y que consecuencias y reacciones provocan en los diferentes agentes económicos.
Pasados mas de cien días del Gobierno de Rajoy en los que se han tomado medidas
de mucho calado y se ha presentado, por fin, su primer proyecto de presupuestos
generales del Estado, podemos ver que ni los consumidores, ni los
emprendedores, ni los mercados reaccionan favorablemente.
Todo tiene su explicación.
Se dice que es necesaria la
austeridad para que los mercados vean que hay garantías de que nuestro país va
a devolver su deuda. Alguna lógica hay en esto. Pero supongo, visto desde este
rincón de Lanjarón, que los mercados también quieren saber de donde vas a sacar
el dinero, ingresos, para hacer frente a los pagos. Este esquema es sencillo,
si pedimos dinero a un banco, este querrá tener garantías de que no somos unos
derrochadores que tiramos el dinero, querrá saber que somos personas serias y
responsables que vamos a hacer un buen uso, tanto del dinero que nos presta,
como de nuestros ingresos ordinarios con los que vamos a pagar las letras de la
devolución del crédito, y es aquí donde está la clave de la cuestión, lo
primero que este hipotético banco solicitará conocer son nuestras fuentes de
ingresos.
Traducido a un país, hay que ser
austeros, no hay que gastar en aquello que es innecesario, pero hay que generar
crecimiento económico, las administraciones públicas han de invertir en
aquellos sectores que nos permitan crecer y por tanto generar ingresos vía
impositiva al Estado.
Las medidas que ha tomado este
gobierno en el tiempo que lleva se han centrado demasiado en demostrar que
vamos a gastar menos y en ello no han tenido empacho en cargarse lo que pueden
ser nuestras fuentes de crecimiento futuro.
Somos un país puntero en energías
renovables, lejos de afrontar una verdadera y profunda reforma del sector
energético español, nuestro gobierno se ha plegado a las exigencias del lobby
de las eléctricas y ha derogado las ayudas a las renovables. Con esta medida, perdemos
competitividad al aumentar nuestra dependencia energética, perdemos competitividad
porque el precio del petróleo tiende a subir al ser su oferta decreciente y su
demanda creciente, perdemos puestos de trabajo en renovables y capacidad de
exportar tecnología de la que somos líderes.
El consumo de las familias es muy
bajo, ello se debe fundamentalmente a que hay una alta tasa de paro y a que
quienes aun tienen la suerte de contar con un trabajo están sobreendedudados, temerosos
y con menos poder adquisitivo. Sobreendeudados, porque son muchos los españoles
que tienen hipotecas a muy largo plazo sobre inmuebles sobrevalorados fruto de
la burbuja inmobiliaria. Temerosos, por una reforma laboral que hace que nadie tenga seguridad en el empleo,
ni tan siquiera los empleados públicos. La
reforma laboral difícilmente genera confianza en el consumidor, consumidor y
trabajador son la misma persona. Y con menos poder adquisitivo, como
consecuencia de la subida del IRPF y de la factura eléctrica, entre otras.
Son muchas las voces autorizadas
que señalan la falta de competitividad de nuestra economía. Parece claro que
Rajoy apuesta por ganarla bajándonos los salarios y privando a los trabajadores
de derechos laborales, haciéndonos, en definitiva, más baratos. Este
razonamiento tiene varias agujeros que lo hacen demasiado frágil: En primer
lugar, nunca vamos a poder ser más baratos que muchos países cuyo nivel de
desarrollo y por tanto de exigencia social es mucho menor que el nuestro.
Nuestros trabajadores, por mucho que bajen sus sueldos, por mucho que se
precaricen sus derechos laborales, nunca serán tan baratos como los de los
países emergentes. Segundo, aunque nuestra mano de obra fuera tan barata como
la de China o India, este gobierno no nos define en que sectores, con que
productos, queremos competir en el mercado de bienes y servicios internacional.
Y aquí, otro de los recortes que nos ahoga el futuro y que hace que nuestra
prima de riesgo siga subiendo y la tan anunciada confianza no llegue. Un
recorte del 34% en el gasto en I+D es, sencillamente, ahogar el futuro de
España. Nuestra competitividad ha de venir de hacer cosas nuevas, que cubran
las necesidades de las sociedades modernas, que sean productos de calidad y que
en su producción empleemos tecnología que abarate el proceso productivo.
Hay otros recortes que son
igualmente preocupantes, 166 millones menos para becas, con lo que ello supone,
no solo de injusticia, al no poder estudiar toda aquella persona que quiera
hacerlo y que su familia cuente con menos recursos económicos, sino de pérdida
de potencial futuro para el país. Entre las familias mas humildes también nacen
niños con talento, con capacidad de hacer cosas que aporten valor añadido al
país, no darles la posibilidad de desarrollar sus potencialidades es
desperdiciar las de buena parte de nuestro futuro.
Nuestro nivel de desempleo hace
tiempo que pasa del 20%, buena parte de estas personas provienen del sector de
la construcción, un sector, que según todos los indicadores, no va a despegar
en un largo período de tiempo, por lo que esos trabajadores han de cambiar de
actividad para poder encontrar empleo. Un problema al que se enfrentan estas
personas es, como decía antes, que el gobierno no está definiendo un rumbo
claro con respecto a los sectores económicos en los que nos vamos a
especializar en adelante, otro problema es que, con los Presupuestos Generales
del Estado que se pretenden aprobar, van a contar con un 34% menos de fondos
para Formación para el Empleo.
En las últimas semanas se está
poniendo mucho el acento en los inmensos recortes llevados a cabo en los
servicios sociales básicos, en el retroceso que significan para nuestro Estado
del Bienestar, en la pérdida de solidaridad que suponen para nuestro país, en
lo injusto de los mismos, en las desigualdades que van a generar.
Desgraciadamente, a todo lo anterior se le suma su ineficiencia económica. Las
medidas tomadas por Mariano Rajoy producen enorme desconfianza en los
consumidores y trabajadores de nuestro país y enorme desconfianza en los
mercados internacionales que aprecian que no vamos a gastar ni en lo necesario para volver a crecer. Tiempo al tiempo.
El domingo pasado se celebró el día de la Tierra, en homenaje a nuestro planeta os dejo con el siguiente vídeo, disfrutadlo es inmenso, recomendable ver a pantalla completa.
El domingo pasado se celebró el día de la Tierra, en homenaje a nuestro planeta os dejo con el siguiente vídeo, disfrutadlo es inmenso, recomendable ver a pantalla completa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario