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jueves, 19 de agosto de 2010

Y la crisis nos cogió en crisis.

Y la crisis nos cogió en crisis.

19-08-2010

Cuando en Septiembre de 2008, por sorpresa y sin que ninguno de los sabios de las finanzas lo predijera, estalló la burbuja financiera estadounidense y con ella todas las demás burbujas creadas a su calor, incluida la inmobiliaria española; Lanjarón no se encontraba precisamente en la mejor de las situaciones para hacer frente a un momento tan delicado.

Desde hace décadas en Lanjarón no hemos visto nada más que cerrar empresas y negocios en todos los sectores. Algunas han cerrado como consecuencia de mala gestión, otras como consecuencia del devenir vital de sus propietarios, que llegada la edad de la jubilación no han tenido relevo, y muchas, porque Lanjarón no les ofrecía el contexto adecuado para ser competitivas en una economía cada vez más exigente y competitiva.

Esta dinámica se ha expresado, durante décadas, en una constante emigración de nuestra gente joven, que independientemente de su nivel de formación, no encontraban en Lanjarón oportunidades de desarrollo vital. En los últimos años y al calor del Boom de la construcción esta sangría poblacional se frenó de forma engañosa. Digo que fue de forma engañosa porque aunque estos jóvenes se quedaban a vivir aquí, creando en Lanjarón su familia, contribuyendo con ello al mantenimiento de la población, su trabajo lo tenían fuera. Eran personas que todos los domingos por a tarde o lunes de madrugada se iban en furgonetas a trabajar a Madrid, Costa del Sol o Costa Almeriense. En el mejor de los casos cogían diariamente la furgoneta a las seis de la madrugada para irse a la Costa de Granada o al Área Metropolitana de Granada. El desempleo que ahora sufren estos trabajadores es el que ha dado lugar a que Lanjarón doble la tasa de paro con respecto a 2008.

¿Qué quiero decir con esto? Que en Lanjarón la destrucción de tejido económico seguía su curso sin que a quienes gobernaron el Ayuntamiento pareciera importarles mucho. En el plano turístico Lanjarón se resintió de una política que abandonó la estética e higiene del pueblo. Aun estamos iniciando expedientes de ruina de dos legislaturas en las que se dejaron morir decenas de edificios que ahora están condenados a la demolición. En Lanjarón se utilizó al turista como rehén para chantajear a la Junta de Andalucía en un “supuesto intento de acelerar” la construcción de una Variante que en el año 1999 era una realidad administrativa. Varios años de tener secuestrados a turistas en atascos en nuestra calle principal a la vez que el turista que iba caminando no podía hacerlo en paz por el ruido de los pitidos y la constante obstaculización de las aceras, había de llevarnos a ser un pueblo a evitar.

Junto a lo anterior el abandono de nuestro paisaje nos hacía perder muchos de nuestros más atractivos elementos. Caminos perdidos, política de construcción en el suelo rústico caótica y entubamiento de acequias, con la consiguiente perdida de masa vegetal, son solo algunos de los ejemplos. A estas políticas se le añadió como colofón un incendio, consecuencia de la inconsciencia de dos visitantes, que mató lo mejor que nos quedaba, Tello y sus alrededores.

En el plano de la industria el panorama es mucho más desolador, simple y llanamente, se paralizó, hasta volverla inservible, una tramitación administrativa de ocho años para construir un polígono industrial. La industrias que teníamos cerraban, las que quedaban no tenían espacio donde crecer y quien quería crear una empresa nueva se tenía de ir fuera. La gran pregunta es, ¿cómo no lo veían?

Más arriba he dicho que mucha gente trabajaba en la construcción pero fuera. ¿Cómo no experimentó Lanjarón una mayor construcción en un momento en que este sector batía record en todo el país? Hay varios factores, bajo mi punto de vista, no todos achacables a la política local. En primer lugar quiero aclarar que en los años 2006 y 2007 sí se experimentó un miniboom de la construcción en nuestro pueblo. Como se ha comprobado con las dificultades que se están teniendo para la venta de esos inmuebles, fue un miniboom tardío.

Pero veamos cuales son los factores que hicieron que ni tan siquiera el sector de la construcción fuera dinámico.

- Nuestra orografía siempre ha complicado mucho el crecimiento de nuestro pueblo.

- La dinámica poblacional descendiente hacía que los inversores no miraran Lanjarón como un sitio atractivo.

- Una sobrevaloración del suelo que roza lo surrealista. Ante la evidencia de que buenos solares e inmuebles no se vendían, lo normal hubiera sido que se le hubieran bajado los precios, muy por el contrario se le subían, razón: estaban subiendo en todas partes.

- Pero también hubo una oportunidad que se dejó pasar. Con la construcción de la Variante se generó una bolsa de suelo muy atractiva, bien conectada, con desniveles muy manejables y que además era necesaria desarrollar para mejorar la imagen que daba nuestro pueblo a esa Variante. Imagen de traseras, imagen de un pueblo que creció de espaldas al sur, de espaldas al Tajo Colorao, de espaldas al Río. Para desarrollar estos suelos el Ayuntamiento había de aprobar el instrumento de planeamiento necesario, el conocido como PERI. Desde 2004 que se abrió la Variante hasta 2007 que cambió el gobierno municipal no se hizo nada para redactar el PERI y que estos terrenos se pudieran desarrollar.

Y de todos los factores que hicieron que cuando llegó la crisis nosotros ya estuviéramos en crisis, el más preocupante y grave, es sin duda el no haber tenido aprecio por la formación y cualificación de los trabajadores y trabajadoras, del tejido empresarial y sobre todo de los desempleados y desempleadas.
Esta falta de preocupación por la formación se evidencia en:

- Inexistencia de un lugar adecuado para impartir formación. Los talleres que hubo daban clases en los sótanos de la piscina, lugar sin ventanas, a medio terminar y con unas condiciones higiénicas y climáticas más que deficientes.

- Los Talleres de Empleo y las Escuelas Taller no se solicitaban en función de las potencialidades de generación de empleo de nuestro municipio sino que se solicitaron todos ellos de construcción, para que el equipo de Gobierno de entonces hiciera obras, prometidas en su programa electoral, con mano de obra barata. Cualquiera que conozca un poco la dinámica del mercado de trabajo de entonces, sabrá que para incorporarse a trabajar en construcción, en aquellos días no era necesario, desgraciadamente, estar muy formado, y que el mercado laboral de Lanjarón no absorbía más gente en construcción.

Bien, estas son solo unas pinceladas de cual era la situación de Lanjarón cuando llegó la crisis y por qué se había llegado a esta situación. En siguientes entradas profundizaré en cada uno de estos temas y hablaré de cuales son las soluciones que estamos poniendo encima de la mesa, porque se me ha olvidado nombrar un factor. En 2009 había un nuevo gobierno municipal dispuesto a cambiar el rumbo, con las ideas muy claras y muchas ganas de trabajar.

A partir de este post quiero introducir, a modo de regalo y para relajar la mente, una foto. En esta ocasión he elegido una realizada a nuestro río desde el dique de la toma de la Acequia de Praos Coloraos, acequia que está en plena reconstrucción con el objetivo de convertirla en una acequia tradicional de piedras, tierra y musgo que sirva para el careo, de manera que alimente nuestros acuíferos. Hasta ahora, estaba construida con medias cañas de tubo. Esta actuación es sin duda una gran noticia.